martes, 3 de noviembre de 2009

SOBRE EL AGUA

Apuntes sobre Prometeo. Hasta el cuello (2008-2009)

Sobre el dispositivo escénico / agua


Desde el comienzo del proyecto, y casi como disparadoras del mismo, las características generales del dispositivo escénico estaban bastante definidas. Un espacio cerrado, un límite claro, un ambiente, un cuarto: una limitación que operara sobre los cuerpos de los actores para con-densar su devenir. Limitar las posibilidades materiales para contener una expresión que buscara la grieta, y en ese esfuerzo, hacerla estallar. Este espacio diseñado para la pieza es la obstrucción que encuentran los personajes para sostener una tragedia que ya no es. Dar vueltas en un mismo sitio en busca del objeto ya definitivamente perdido: una solución para el conflicto que ya desde el inicio esta negada. La derrota esta planteada y nuestro héroe va a morir.
Desde el inicio, también, estaba la idea del agua; llueve dentro del cuarto. Una asociación creada a partir de la didascalia final de la versión esquílea. En la tragedia original, la tormenta enviada por Zeus, sepulta a Prometeo al final de la misma. En nuestra versión, el agua, desde las gotas del inicio a la tormenta del final, irá castigando los cuerpos, venciendo a los personajes que se hunden en su propia ceguera, y ya no habrá fuego prometeico posible que ilumine bajo la tormenta. El agua es materia y símbolo: en la puesta golpea a los actores; en el sentido, corroe el carácter previsor de Prometeo/ Pontani, su pasado mítico y desgasta la tragedia. Luego apareció la síntesis, como siempre, desde afuera y en el momento justo. Llamo síntesis aquí a esos objetos textuales (palabras, imágenes o conceptos) que toman una posición predominante como estimulo concreto para el trabajo. En este caso unas palabras prestadas acercadas por el dramaturgo del proyecto, Juan José Santillán.
"El agua se me escapa...se me desliza entre los dedos. ¡Y Quizás ni eso! Ni siquiera es algo así de claro (como una lagartija o una rana): me deja huellas en las manos, manchas, relativamente largas de secarse solas o que requieren de un paño. Se me escapa y sin embargo me marca, sin que pueda yo hacer mucho.
Ideológicamente es lo mismo: ella se me escapa, escapa a toda definición, pero deja en mi espíritu y sobre este papel algunas huellas, manchas informes"
"Del Agua" Francis Ponge

Trabajar con este elemento no fue fácil. El proyecto significó resolver y dominar algunos temas técnicos como a la contención, la circulación, la presión, el sistema de elevación, almacenamiento, y la temperatura, entre otros.
Estos factores técnicos pueden considerarse simples en sí mismos, pero cobraron cierta relevancia dentro de nuestro proceso debido a nuestra pequeña escala de de producción. Sin embargo, el resultado esta muy cercano al ideal esbozado en un principio, y las limitaciones que surgieron fueron incorporadas al trabajo de una manera orgánica. El peso dramático que aporta el agua a la puesta es muy significativo, y más allá de la construcción de sentido que esta pueda producir en el contexto de la misma, se manifiesta en lo preciso y concreto de su materialidad. Una materialidad que le dio, desde su pura esencia, una singularidad de resonancia trágica a las construcciones de los actores.


Sobre la dramaturgia del elemento agua

El agua conforma uno de los niveles de la puesta. El desarrollo en el tiempo y el espacio de la misma conforma su dramaturgia (dramaturgia entendida aquí como el tejido de acciones), que por supuesto, esta articulada en la dramaturgia general de la obra.
Una vez establecidos los conceptos, y definida la técnica para hacer posible su utilización, el trabajo fue crear el progreso de este elemento en escena. Es decir, buscar las diferentes formas del caer del agua a partir de la manipulación de la forma, el caudal y la posición de caída. Así creamos una simple secuencia de “acciones acuáticas” que van desde un goteo en un sector especifico del espacio, a una lluvia fuerte que lo abarca totalmente. Luego se montó esta secuencia sobre la estructura general de la pieza (acciones físicas y vocales de los actores en el espacio) y se trabajo de manera de construir la relación entre las mismas. Cuando trabajo en la puesta de una obra es importante para mí pensar y/o trabajar cada uno de sus niveles, primero, de una forma independiente. Así, este devenir progresivo del agua a lo largo de la obra, funciona como un elemento autónomo, y al mismo tiempo, va creando un sustrato material que acompaña el sentido del relato y de los conceptos asociados a él. Esta progresión es acumulación, que juntamente con las palabras y los personajes, que uno a uno van entrando al espacio escénico, van amasando una densidad que deseaba para el material. En nuestra puesta, el agua, de aparente blandura y signo de purificación, es un peso que no redime nada ni a nadie.

Diego Starosta
, Buenos Aires, 14 de mayo de 2008.

No hay comentarios:

Publicar un comentario